Correo electrónico

federicobeines@cenex.org

            ¿Cómo sería posible aproximarse a las dolencias y al sufrimiento de miembros de una cultura de la que el profesional de la salud desconoce tanto su lengua como su cultura? Esta pregunta es el eje del presente texto, habida cuenta que la enfermedad siempre entraña un sistema de valores dentro del cual obtiene un significado para la persona padeciente y no sería válido extrapolar las nociones de medicina occidental moderna a las categorías de pueblos que no comparten la misma sintonía cultural.

            El lenguaje es la barrera principal, y nos proponemos como objetivo que dicha barrera se convierta en el puente. Diferentes etnias a lo largo del mundo realizan parte de su sistema terapéutico mediante lo que podríamos abarcar como “curación por la palabra”, algo a lo que la sociedad occidental llega tal vez por primera vez con el psicoanálisis, como un desfasaje histórico entre el desarrollo de la medicina moderna y las técnicas que abordan lo psicológico, estas mucho más recientes. En el caso de los pueblos no occidentales, el desarrollo más o menos “científico” de sus corpus o vademécum médicos siempre fue de la mano de las técnicas a través de la palabra, entendiendo lo que la antropología de la salud recientemente comenzó a conceptualizar como la esfera del sentido dentro de lo patológico, el sentido para la persona y para su cultura, como elementos sin los cuales no podemos entender el fenómeno de la enfermedad.

Lo normal y lo patológico ha generado ríos de tinta y de teorizaciones sobre la relatividad de los conceptos en medicina, encontrando tal vez en la psiquiatría el apogeo de caracterización del rol social del efector de salud, estudiado desde las ciencias sociales modernas. Ahora bien, ¿cómo poder trabajar estimando el límite entre lo aceptable y lo patológico en esa cultura que no es extraña?

Artículos recomendados