La memoria no puede entenderse sólo a partir de lo recordado.
Candau define la memoria como aquello que se conserva más lo que se transmite.
El olvido es una construcción de lo neuronal (no tanto un déficit de la memoria, como antes se creía). De la misma manera, para Candau, el olvido será una construcción colectiva, “consentida” por las partes actuantes.
Encontramos que en el oasis de El Ksar en Túnez las poblaciones rurales tienen una memoria de su genealogía superior a la de las ciudades. Sin embargo, a su vez los sedentarios del oasis tienen una extensión “horizontal” de la memoria, comparado con los nómades de la región que tienen mayor profundidad o verticalidad, llegando a recordar más generaciones pasadas que las sedentarias “como si así se compensara la ausencia de anclaje territorial”.